Continuamos con la cuenta atrás. Entramos en los 15 mejores discos de la década.
15 - The Antlers - Hospice (2009)
El proyecto de Peter Silberman, The Antlers, llevaba algunos años fraguándose, desde 2006, editando un álbum por año, con grabaciones totalmente artesanales y bajo un prisma totalmente "hágalo usted mismo". Con su cuarto álbum, Hospice, The Antlers sorprendieron al público y cosecharon excelentes críticas este pasado 2009, considerado por muchos como el mejor disco del año. Hospice significa la cúspide creativa de Silberman, siendo un sublime y ambicioso proyecto. Resulta curioso que un álbum tan épico viera la luz sin un contrato discográfico y sin ser editado en ningún sello, naciendo como sus tres predecesores, de manera totalmente independiente. Nos encontramos con un álbum conceptual, que narra la historia de una pequeña niña con cáncer terminal en un hospital, y su relación de amistad con el enfermero que la cuida día tras día.
Hospice nos narra los pequeños detalles y la rutina de la pequeña Sylvia, a lo largo de sus 10 épicos temas. Tras una primera escucha, la referencia más destacada es la de los canadienses Arcade Fire, en especial por la aguda voz de Silberman y la importante instrumentación y producción, increíble para un álbum hecho a priori con fondos limitados. Con más escuchas, nos transporta por una auténtica montaña rusa de emociones, con momentos de alegría en medio del drama, hasta llegar a la muerte de Sylvia y la posterior depresión del protagonista. Una auténtica obra literaria hecha música, y uno de los mejores discos de 2009, sino es el mejor...
14 - Radiohead - Amnesiac (2001)
Aunque para todos el disco más rompedor de Thom Yorke y los suyos sea Kid A (2000), creemos que el álbum más completo y realmente interesante es este Amnesiac.
Amnesiac nació de los descartes de las sesiones de grabación de Kid A, y salió a la venta apenas un año después, en medio de toda la admiración por el nuevo sonido inventado por estos chicos de Oxford y de la ruptura total y radical con el OK Computer de 1997, que quedaba como una especie de álbum de transición o más bien de mezcla del pasado y futuro de la banda por entonces. Amnesiac es un álbum absolutamente inquietante, que nos transporta a paisajes siniestros y hermosos al mismo tiempo, aunque todo ello con una constante sensación de inquietud, como si algo extraño fuera a ocurrir en cualquier momento. Encontramos varias de las canciones más intensas de la banda, como Pyramid Song o Knives Out, acompañadas de otros temas interesantes, como Life in a Glass House, Dollars and Cents (toda una canción protesta al más puro estilo Yorke) o la impresionante Like Spinning Plates, aún más impresionante en directo con el apocalíptico piano con que la presentan.
En resumen, estamos ante uno de los grandes discos de Radiohead, un disco histórico, que podemos considerar como la mitad que complementa y pone punto final a la historia iniciada con Kid A y que les consolidó como referente en la música alternativa mundial y para muchos, encumbró como mejor banda del planeta.
13 - Low - Things We Lost in the Fire (2001)
Low es una de esas bandas únicas. Con una dilatada carrera iniciada en 1994, desarrollaron su estilo tenebroso inspirado en bandas como Red House Painters, convirtiéndose en uno de los referentes de la música slow-core. En 1995 editan el intenso Long Division que sentó ya definitivamente las bases del sonido Low. Unos cuantos álbumes les sirvieron para ir haciéndose un hueco en el panorama indie, describiendo una carrera con bastantes paralelismos con el trío de Hoboken Yo La Tengo. Con el cambio de siglo, lanzan su mejor álbum hasta la fecha, una maravilla llamada Things We Lost in the Fire, que por fin encumbró a la banda americana recibiendo elogios merecidos por parte de la crítica.
Y no es para menos. Things We Lost in the Fire significó un giro hacia composiciones más esperanzadas que las presentes en álbumes como Long Division, un viaje por lugares recónditos, con momentos luminosos salpicados por la habitual inquietud de la banda, conteniendo algunos de sus temas más recordados, como Sunflower o Dinosaur Act. Un álbum perfecto de principio a fin que convirtió a Low en una de las bandas más interesantes del panorama musical, hecho que se vió refrendado con The Great Destroyer (2005), un álbum más convencional, pero que supuso un cambio radical en lo compositivo para la banda, dando una vuelta de tuerca más con Drums and Guns (2007)
12 - Great Lake Swimmers - Great Lake Swimmers (2005)
En el puesto 12 encontramos a otra banda canadiense más en esta lista, destacándose como uno de los lugares más prolíficos en lo musical de la década.
Great Lake Swimmers es el proyecto del cantautor folk Tony Dekker. Empezó sus andadas con este homónimo Great Lake Swimmers, de 2005. Un precioso álbum folk minimalista, con melancólicas composiciones, que define a la perfección el estilo de la banda.
En Great Lake Swimmers encontramos brillantísimas composiciones como Movin, Shaking, luminosa y llena de una extraña belleza fría, seguida de la inquietante Merge, a Vessel, a Harbour que contrasta a la perfección con el anterior tema. El álbum va avanzando por paisajes fríos acompañado por la cálida voz de Dekker hasta desembocar en el melancólico tema Great Lake Swimmers, poniendo punto y final a un maravilloso disco, grabado, por cierto, en un silo para grano abandonado, en una noche, que lo dota de un estilo muy peculiar e interesante.
Great Lake Swimmers y sus discos posteriores como Ongiara o Bodies and Minds, destapan a Tony Dekker como uno de los cantautores dignos a tener en cuenta en esta década entrante.
11 - The Flaming Lips - Yoshimi Battles the Pink Robots (2002)
Hablar de Yoshimi es hablar de uno de los buques insignia de una de las bandas más importantes de los últimos 20 años. Los veteranos The Flaming Lips iniciaban sus andadas psicotrópicas allá en los lejanos 80, asociándose con músicos de la zona, como Jonathan Donahue que fundaría Mercury Rev (pero eso merece un punto y aparte), desarrollando un peculiar estilo y ofreciendo conciertos poco ortodoxos.
Los 90 vieron crecer a la banda hasta niveles altísimos, con álbumes como Transmissions from Satellite Heart (1993) Clouds Taste Metallic (1995) y su extrañísimo Zaireeka (1998) ideado para escuchar sus cuatro álbumes simultáneamente en un aparcamiento vacío. Estos álbumes pintaron a estos chicos de Oklahoma como los adalides del pop lisérgico, título que ostentan aún hoy día. Fue en 1999 cuando alcanzaron cotas descomunales con el maravilloso The Soft Bulletin, producido por Dave Fridmann en el clímax de su carrera como productor. Nada presagiaba un disco que superara al Soft Bulletin en cuanto a ventas y crítica, pero apareció este Yoshimi Battles the Pink Robots para convertirse en la obra maestra y característica de Wayne Coyne y los suyos.
Un disco alumbrado con polémica, por la denuncia de Cat Stevens por (evidente) plagio en Fight Test de uno de sus temas más conocidos. A pesar de todo, Fight Test se convirtió en un éxito mayúsculo, escoltado por maravillas como Yoshimi Battles the Pink Robots, Do You Realize??, It's Summertime o Ego Tripping at the Gates of Hell, que convierten este álbum en uno de los mejores de estos 10 años y que de paso convierten a The Flaming Lips en una banda histórica, con su pop divertido, gamberro, optimista y sobre todo, psicodélico.
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