Tercera entrega con lo mejor de la década:
55 - Au Revoir Borealis - Dark Enough for Stars (2008)

Siguiendo el camino marcado por el número 57, encontramos otra banda absolutamente desconocida para toda la humanidad y que tras muchísimos años de espera, con un fabuloso EP como es Tienken EP, lanzó su álbum debut en 2008 con los chicos de Stormy Records, otro de esos pequeños sellos indies, cantera de grandes bandas. En Dark Enough for Stars, los americanos ahondan en la vía abierta con su primer EP, pintándonos paisajes fríos y melancólicos, casi de cuento de hadas, al más puro estilo Sigur Rós, con influencias slow-core y ambient, y riffs hipnóticos. Además, en Dark Enough for Stars se hace más patente que nunca el respeto que tiene esta banda de Michigan por clásicos folk como Nick Drake, al que llegaron a versionar de una manera realmente acertada (Fruit Tree era el tema elegido), con temas instrumentales de guitarra acústica que encauzan el álbum hacia su desembocadura. Una banda muy interesante que si no conocéis, es el momento de hacerlo...
54 - Grandaddy - The Sophtware Slump (2000)
La banda ya extinta del gran Jason Lytle merecía un hueco en esta lista con su tercer disco, The Sophtware Slump, álbum que para muchos resultó el descubrimiento de una de las bandas indie más importantes de principio de la década, siguiendo la influencia cercana de gente como Sparklehorse o Mercury Rev, en la cresta de la ola a principios de la década, después del lanzamiento y el mayúsculo éxito de Deserter's Songs (1998), o incluso Wilco o Yo La Tengo. The Sophtware Slump es un disco ecléctico, lleno de canciones dispares, con momentos desde el ambient, hasta el shoegaze o incluso punk. Quizá la nota más característica de este Sophtware Slump es el empleo de sintetizadores creando una atmósfera muy reconocible que se convierte en inconfundible combinada con la voz de Jason Lytle. Destacables resultan He's Simple, He's Dumb, He's the pilot, un progresivo tema de 9 minutos que encabeza el disco, Jed the Humanoid, una historia de un robot abandonado y olvidado que decide suicidarse y el tema final, So You'll Aim Towards the Sky, perfecta para cerrar. Un disco básicamente conceptual donde la ciencia está presente en todas las composiciones y que es un imprescindible en cualquier colección reciente de discos
53 - The Manhattan Love Suicides - The Manhattan Love Suicides (2006)
A pesar de su nombre, la banda de Leeds, The Manhattan Love Suicides, aparecen en nuestra lista con su primer y único álbum hasta la fecha, de igual nombre. Es otro de esos grupos tan sumamente influenciados por bandas de los ochenta, y más concretamente en The Jesus and Mary Chain, aunque también podemos encontrar en su sonido cierta similitud con grupos como Lush, en sus inicios. The Manhattan Love Suicides es un álbum de puro Indie Pop, con inspiradísimas composiciones como (the Guy on the) 14th floor, Things You've Never Done, cuyo riff recuerda a cierta banda granadina que está girando hacia terrenos pantanosos en la actualidad (por eso se habla tanto de "las influencias") o la pausada Home. Desde luego un grandísimo disco que ha pasado desapercibido y nunca debió ser así.
52 - Black Market Music - Placebo (2000)

Llegamos ya a uno de los clásicos de la música popular y nos salimos ligeramente de la senda del indie. Año 2000, el mundo musical está convulsionado por bandas de rock alternativo entre las que sobresale Placebo, que hasta entonces solo había podido asomar la cabeza fuera de la ventana del indie con sus espectaculares dos primeros discos. El primero, titulado Placebo (1996), puso en el mapa y giró muchas miradas hacia esta peculiar banda londinense en la que ninguna de sus componentes era inglés. El segundo, Without you I'm Nothing (1998) hizo que terminaran de explotar, con himnos como Every you, Every Me, y ya con su tercer álbum, Black Market Music, alcanzaron la cúspide compositiva, en un álbum absolutamente espectacular (solo ensombrecido por el tema Spite and Malice) que para muchos supera con creces su segundo álbum, y no es para menos, porque argumentos hay de sobra, como Taste in Men, Special K, Days Before You Came, Peeping Tome, Slave to the Wage... En resumen, la confirmación y la consolidación de la banda de Brian Molko y su definitivo despegue. A partir de aquí, poco más que decir, algún disco correcto como Meds, alguna canción especial como The Bitter End y algún error como Battle for the sun, que quizá marque la caída definitiva de Molko y los suyos....
51 - Franz Ferdinand - Franz Ferdinand (2004)
Sabemos que en los tiempos que corren no es recomendable reconocer cierto apego por los escoceses Franz Ferdinand, pero creemos que resulta imposible ignorar su álbum debut, que fue uno de los terremotos mediáticos en lo musical más intensos e importantes de la década. En 2004 aparecía el primer disco de estos mastodontes musicales de la década y dejó boquiabierto a todo aquel que se aventuró a escucharlo. El tema que abría el álbum, Jacqueline, nos sumergía inmediatamente en esa vorágine de punk, pop, rock bailable, peculiares letras y muchas ganas de fiesta, que tanto definen el estilo de la banda y que han sabido explotar hasta la saciedad. Banda con (mucha) imagen, canciones pegadizas y riffs afilados, encontró su caldo de cultivo en pubs nocturnos, y ambientes underground y despegó como un cohete hasta introducirse en cada emisora de radio abandonando todos aquellos lugares donde se les empezó a apreciar. Es el mismo camino que han seguido otras bandas como The Strokes o Coldplay, y por ser un fenómeno tan característico de la década, debe aparecer en esta lista. Poco que decir de este álbum, basta escuchar una de las canciones mas reproducidas de la historia reciente: Take Me Out.
50 - Doves - Lost Souls (2000)

Doves, la banda de Manchester liderada por Jimi Goodwin, escoltado por los dos hermanos Williams, Jez y Andy, apareció en los albores de esta década con su primer álbum, titulado Lost Souls que sorprendió tanto a crítica como público. La cálida voz de Goodwin colorea grandes composiciones presentes en este disco, como Break Me Gently, Catch The Sun o Here it Comes (especialmente buena esta última) consiguiendo un sonido elegante y envolvente, que bebe a la vez de bandas como Oasis (recordemos que Noel Gallagher manifestó en 2002 que era su banda favorita en aquellos tiempos), Charlatans, o incluso The Smiths. En resumidas cuentas, pop indie británico, un sonido no muy presente en esta lista. Lost Souls además, destaca por temas tan espectaculares como Rise, Firesuite, The Cedar Room (una de las mejores composiciones de la banda) o The Man who Told Everything.
El segundo álbum de la banda, The Last Broadcast (2002), no alcanza las cotas de Lost Souls en cuanto a calidad, pero encontramos aún pinceladas de genialidad en un grupo que poco a poco se fue disolviendo pero que aún así, merecen este pequeño homenaje.
49 - Free all Angels - Ash (2001)
Una de las bandas características de finales de los 90, Ash, andaba a la deriva después de su flojo tercer álbum, Nu-Clear Sounds (1998), flojo, eso sí, en cuanto a composiciones, no en cuanto a éxito. Estaba claro que no estaba a la altura de su segundo y mejor álbum hasta este 2001, 1977 (1996), aunque realmente fue un acierto el introducir a Charlotte Hatherley. Tras la aparición en la banda sonora de la película A life Less Ordinary, con Cameron Diaz y Ewan McGregor, con un tema del mismo nombre, alcanzaron la cúspide de su carrera con Free All Angels, un álbum menos crudo que su predecesor, más orientado al power-pop (o incluso el pop a secas) que al punk y que nos deja joyas y clásicos como Burn, Baby Burn, Walking Barefoot, Shining Light, There's a Star, Candy, etc, etc, etc. Un álbum lleno de hits nunca puede pasar desapercibido. Y así fue, supuso el emcumbramiento mundial y definitivo de Tim Wheeler y los suyos, que a partir de entonces no han sabido hacer nada que se acerque al brillo de este álbum, con álbumes más bien prescindibles y lo que es peor, con la marcha de Hatherley de la banda para centrarse en su carrera en solitario. A pesar de todo, este sonido adolescente y tan característico de la banda, plasmado en este Free All Angels es difícilmente ignorable en esta década.
48 - Muse - Origin of Symmetry (2001)

Otra de las bandas gigantes en los años que corren, Muse, vieron como a principios de la década salían del anonimato por culpa de, precisamente, este álbum. En 1999 lanzaban Showbiz, un álbum con perlas de rock alternativo, como Muscle Museum o la propia Showbiz que marcaban el camino que seguiría la banda de Devon. Con Origin of Symmetry su segundo álbum está claro que se lo jugaron el todo por el todo y les salió bien. Un disco sublime, perfecto, sin ningún fallo y con pelotazos rock de principio al fin, con versión incluida del clásico Feeling Good. En este álbum aparecen clásicos de la banda de la talla de Plug in Baby, Hyper Music, New Born, Space Dementia y otras piezas dignas de tener en cuenta como Citizen Erased, o Megalomania. Un álbum redondo que significó la llegada a la cima de Matt Bellamy y los suyos, que les valió comparaciones con Radiohead o Queen y que les convirtió en una de las bandas más seguidas a lo largo del globo. A partir de aquí, su sonido viró hacia horizontes más comerciales de forma progresiva hasta convertirse en lo que es ahora, otro insulso engranaje de la industria, por lo que al escuchar esta maravilla, uno solo puede sentir nostalgia.
47 - M. Ward - Post War (2006)
La música folk, aparte de tener mucho peso en esta lista, ha vivido una época dulce a lo largo de esta década, y un buen ejemplo es Post War, de Matt Ward. Post War no es un disco innovador, no descubre nada nuevo, pero la creciente importancia de su creador hace que debamos meter su mejor disco en esta lista. Estamos ante un magnífico álbum folk, que sintetiza a la perfección la tradición popular americana, con composiciones como Poison Cup, Right in the Head, Eyes on the Prize o Magic Trick, además de una excelente versión del gran Daniel Johnston, To Go Home. Todo esto, hace de Post War un disco no solo agradable a la escucha, sino indispensable en esta década. Por cierto, a destacar la colaboración de Ward con Zooey Deschanel en She and Him, cuyo álbum habría merecido aparecer por aquí...
46 - Iron & Wine - Our Endless Numbered Days (2004)

También en el número 46 encontramos una gran obra folk de esta década, el segundo álbum de Iron & Wine, o lo que es lo mismo, Samuel Beam, un tipo barbudo de la América profunda, que es una de las personalidades más importantes y queridas del indie norteamericano. Our Endless Numbered Days viene a confirmar algo que ya apuntaba desde su álbum debut, The Creek Drank the Cradle (2002), un talento desmesurado unido a una agradable voz y una ejecución técnica envidiable que recuerda a otro de los grandes genios de la década, Sufjan Stevens. Este segundo álbum significó la entrada definitiva en Europa de la música de Beam y dejó otra pincelada de gran color en el desarrollo de la música folk americana de esta década. En Our Endless Numbered Days encontramos maravillas como Naked as we Came, uno de los clásicos de la "banda", o Sodom South Georgia, otra joya que deberíamos incluir en cualquier recopilatorio. Sin duda, un álbum clásico automático.
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